El negocio y el despilfarro del
transporte público.
Después de que en 2003, en plena burbuja inmobiliaria la Comunidad
de Madrid plantease la construcción de un metro ligero para dar vía libre a la
construcción de más de 5.000 viviendas que se suponía que duplicarían la
población del municipio de Navalcarnero. Las viviendas no llegaron nunca debido
a la poca demanda.
Tras comenzar en 2009 las obras, la empresa encargada de
conectar Móstoles con Navalcarnero abandonó en 2012 las obras tras haberse invertido 150 millones de euros.
Y es que todavía en 2015 los vecinos y vecinas de Navalcarnero seguimos sin tener una conexión con Móstoles
vía tren. El transporte público en general en la zona oeste de Madrid sigue
dejando mucho que desear.
La única alternativa que queda son los autobuses, pero la escasez
de líneas y horarios sumado a la masiva demanda hace que cada día la clase
trabajadora sufra los despropósitos de la corrupción de la Comunidad de Madrid,
los distintos ayuntamientos y la complicidad de estos con las empresas privadas
a la hora de hacer negocios.
A todo esto hay que sumar el elevado precio de los abonos
del transporte y lo que ello supone para la clase trabajadora en plena crisis
del sistema capitalista. Por tanto, desde el Colectivo de Jóvenes Comunistas de
Comarca Oeste, denunciamos una vez más esta situación y exigimos la mejora de
la situación para que ningún trabajador o estudiante tenga dificultades a la
hora de asistir a su trabajo o a sus estudios.
El hecho de que los trabajadores vivan en la periferia y tengan
que desplazarse a un lugar céntrico para acudir a su trabajo hace indispensable
que haya un sistema de transportes de
calidad y en este caso, la deficiencia del transporte que hay actualmente en la Comunidad de Madrid, repercute
negativamente de gran manera en la vida cotidiana de los trabajadores. Se tiene
que dejar claro que los servicios públicos no son un negocio en manos de
empresarios, especuladores y políticos.
¡POR UN TRANSPORTE PÚBLICO AL SERVICIO DE LA CLASE OBRERA!
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